La historia se centra en la vida de dos mujeres que observan la cotidianeidad de sus vecinos: un pianista y su esposa. Los actos de violencia que se desarrollan en esa pareja, siempre ejercidos por él, comienzan a alterar la rutina de las observadoras, arrastrándolas a un proceso interno donde la empatía, la confusión y el miedo se entrelazan. Entre juegos de miradas y silencios, ambas mujeres se ven atrapadas en una especie de ajedrez emocional que las enfrenta a su propio reflejo y las empuja a resistir.

En escena, las actrices Marcela Hernández y Betiana Suárez dan vida a estos personajes que transitan entre la danza, la actuación, el canto y la expresión corporal. Ellas ponen el cuerpo y la voz por quienes aún no pueden hacerlo, en un montaje que busca visibilizar las múltiples formas de la violencia de género y abrir un espacio de reflexión colectiva.

La propuesta cuenta con la asistencia coreográfica de Marilina Rojas Veiga, la asistencia actoral y producción de Daniel Ramírez, y la dirección general y puesta en escena de Mariela Díaz. Colaboran además Mariana Sayago en gráfica, Daniela Anríquez en asistencia vocal y los compañeros Charly Roldán y Claudia Ferreyra.

Con una puesta íntima y comprometida, Yo, Casta Teatro de Género propone una experiencia sensible, donde el arte se vuelve denuncia y acompañamiento. Porque silenciar, invisibilizar y negar también es violencia, y porque la salida —como recuerda el grupo— “es colectiva y siempre está en la mano sorora”.

Esta presentación forma parte de la agenda cultural del NOA que Terraviva difunde para fortalecer la visibilidad de los proyectos artísticos y las voces que, desde el teatro, contribuyen a la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.