Matías Rivas y el gato cordillerano, la historia detrás de un ritmo que hace furor en las peñas

Conocé a este artista neuquino que fusionó el gato y el valsesito cordillerano, mientras prepara un nuevo disco para el 2026.
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En la voz tranquila de Matías Rivas se reconoce el viento frío de la cordillera, ese mismo que lo vio nacer en Chos Malal y que hoy sigue guiando su música desde Plottier, en el corazón del Neuquén.
Cantante, compositor e intérprete patagónico, Matías conversa con Terraviva mientras repasa un año intenso, marcado por escenarios colmados, investigaciones artísticas y un nuevo camino creativo que vuelve a poner a la Patagonia en el mapa del folclore nacional.
Heredero de una familia musical, Rivas transitó desde joven una variedad de géneros que terminaron moldeando su estilo. Ese cruce de influencias -que va desde la música popular folclórica hasta las formas tradicionales del sur argentino- hoy encuentra una síntesis poderosa en un aporte propio: el gato cordillerano, un ritmo nuevo nacido del encuentro entre el gato y el valsesito cordillerano.
“Hicimos el encuentro de ambas danzas con el tema El Corajudo, y por suerte en las peñas la gente se siente identificada —cuenta—. Por toda la provincia lo bailan y lo cantan, y eso me llena de orgullo”.
Para Rivas, esta creación no solo es una novedad estilística; también es un gesto de recuperación y defensa de las expresiones más antiguas de Neuquén, como la cueca, la tonada y otros ritmos que forman parte de la memoria regional.
Su trayectoria confirma ese compromiso: ganó el Rubro Dúo Vocal en el Festival Nacional del Malambo (Laborde, 2017), fue jurado en certámenes del Festival del Malambo y en sedes pre-Cosquín, y participó en investigaciones socio-culturales sobre la música patagónica. A lo largo de los últimos años editó tres discos —Intangible (2019), Hilando Historias (2022) y Rescoldo (2024)—, todos disponibles en plataformas digitales.
Mientras disfruta del eco positivo que dejó su último lanzamiento, Matías ya avanza en un nuevo proyecto.
Nos cuenta que su próximo álbum, “Flores del Lugar”, verá la luz en los primeros meses de 2026 e incluirá, entre otros temas, el segundo gato cordillerano de su autoría, además de piezas que continúan explorando y expandiendo los ritmos del sur.
El año que viene quiere seguir con presentaciones en Neuquén y Río Negro, un regreso previsto a Buenos Aires y un compromiso que lo entusiasma particularmente: enero lo espera en Cosquín, donde llevará nuevamente la identidad patagónica a las peñas de la ciudad más folclórica que tiene el país para el verano.







